Traducción al español por Norma Hernández, del texto original en alemán: “Leadership mit Sinn: Eine Herausforderung, die mit Selbstreflexion beginnt”.
Autor: Alfried Längle, publicado originalmente en su blog de LinkedIn, el 25 de julio de 2016.
¿Consideraría a su profesión como una actividad plena de sentido? O su trabajo consiste en una serie de decisiones y actividades detrás de las cuales realmente usted no ha estado.
¿Es víctima de las adversidades? ¿O se encuentra forzado por restricciones y condiciones externas que no puede controlar? ¿Será que se trata de funcionar, más que de actuar?
La responsabilidad de los líderes comienza justamente con esto: No dar todo por sentado, sino asumir la responsabilidad por el alcance de las propias decisiones y preguntarse: ¿Cuál es mi cometido? ¿En dónde he sido realmente requerido? ¿De qué me hago responsable?
Mirando al liderazgo desde esta perspectiva, se hallan cuatro retos fundamentales para llevar a cabo un liderazgo con sentido, a la luz de la estructura del Análisis Existencial:
Aceptar lo que es: Muchos problemas surgen debido a que se mira demasiado tarde a las cosas “como son” en realidad: las pasamos por alto con el fin de protegernos, nos engañamos utilizando eufemismos al hablar sobre las deficiencias y errores cometidos, no queremos tomar en cuenta las condiciones volátiles del ambiente, ni las necesidades de cambio que se precisan. Quien tiene sentido de liderazgo, le hace frente a la realidad.
La vida “valiosa”: Aquello que me toca, lo que me afecta, lo que me conmueve… Eso es lo “valioso”, todo aquello con lo que me gusta comprometerme. En ese tipo de cosas manda mi corazón. Se trata de algo ciertamente emocional, entonces debo confesar que me es importante y que tengo la posibilidad de seguir eso que me es valioso. No trabajo en aras del éxito, sino porque tengo el deseo de llevar a cabo esa idea, esa visión que me atrapó. Cuando yo mismo fracaso, mi esfuerzo no fue vacío de sentido, pues mi causa fue buena.
El aprecio hacia uno mismo y hacia los otros: El aprecio requiere ante todo de atención y contacto, tanto con los otros como con uno mismo. Sólo cuando pongo mi mirada en los trabajadores, tengo la posibilidad de reconocer sus cualidades. Esto no quiere decir que se ejerza una especie de “poder blando” en el que solamente se den alabanzas. En una buena relación, cuando se sustenta que algo no es bueno, se puede y se debe adoptar una posición crítica y una franca toma de postura. Esto también es un manejo cuidadoso de la relación.
Brindar una guía: “¿Para qué debería ser todo esto bueno?” Una pregunta por hacerse cuando debieran llevarse a cabo cambios, activando así a la voluntad personal para poder empezar algo. Los argumentos objetivos y las metas empresariales no son suficientes para eso; se necesita un claro para qué, alinearse hacia un futuro, tener un sentido.
El liderazgo es un asunto altamente personal, más allá de todas las recetas universales que indican cómo llevar cabo una óptima gestión administrativa.
Como líder, es necesario:
… Asumir la responsabilidad sin escudarse en las “circunstancias externas”;
… recurrir a la reflexión personal crítica, para saber si lo que se hace es congruente;
… valentía para sacar conclusiones desde las propias percepciones;
… trato respetuoso para sí mismo y para sus colaboradores;
… ser consciente de los propios valores y actuar acorde con ellos.
Quizás no sea éste el camino más cómodo, pero sí un camino con sentido.
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